La crisis sanitaria provocada por el coronavirus, seguramente abre un antes y un después en la historia contemporánea del mundo que nos ha tocado vivir. Aquí abordaremos una de las facetas que esta crisis ilumina y es la importancia de tener fuentes de alimento seguras y cercanas, el territorio y la amenaza que representa la minería metálica.
También ha puesto en evidencia los aspectos primordiales de la vida, en medio del confinamiento obligado y masivo al que hemos sido sometidos por la pandemia, el mismo que supera a cualquier película surrealista o de ciencia ficción, en estos treinta y pico de días, una de nuestras principales preocupaciones es y sigue siendo el abastecimiento de la comida, de los granos, frutas, verduras, alimentos procesados y desde luego del agua, que necesitamos tomar diariamente para sobrevivir y poder producir alimentos.
Para ello ha sido importante algunas redes de canastas de abastecimiento de productos frescos que se han activado por parte de la red agroecológica Loja u otras organizaciones, que conectan la producción de alimentos desde los campos de las parroquias y cantones aledaños, hacia la ciudad de Loja.
Y esto nos lleva a repensar el territorio, a ver con nuevos ojos el territorio, en clave de un espacio vital, de alojamiento de comunidades campesinas e indígenas que con esfuerzo y dignidad labran la tierra, producen alimentos y abastecen a las ciudades cercanas, y que en esta zona de paramos y bosques además nos abastecen de agua fresca, límpida y abundante.
Entonces no perdamos de vista que las dos franjas que están al pie de la cordillera del Fierro Urco, tanto la de las parroquias del noroccidente, como la franja de parroquias que van desde Santiago hasta Selva Alegre, y que no nos quede ninguna duda, son vitales para proveernos de alimentos en tiempos de pandemias u otras crisis que pueden sobrevenir intempestivamente o ¿acaso alguien esperaba esta crisis?
Cabe destacar que en este tiempo de confinamiento y de paralización del mercado, del stop a la parafernalia de la circulación de las mercancías, las empresas mineras no duermen, hay denuncias de ofrecimiento de pequeños equipos de bioseguridad a la gobernación de Loja para que bajo el disfraz de ayudas a ciertas parroquias del sector Noroccidental del cantón, que seguramente van a contribuir muy poco a dar solución a la crisis sanitaria del sector, pero si tiene la intención de obtener luz verde de las autoridades provinciales y locales para continuar con sus actividades de explotación avanzada en la cordillera de Fierro Urco.
Resulta lamentable que la señora gobernadora, siga en el empeño de ir en contra de los intereses de las comunidades del Fierro Urco y en contra de la ciudadanía que ha respaldado la resolución de Loja libre de minería metálica y que siga haciendo el juego a las transnacionales mineras, que oportunistamente ofrecen migajas a cambio de afianzar su presencia en el territorio.
Cabe destacar también que es motivo de preocupación que en medio de esta crisis que nos inmoviliza en forma generalizada, el gobierno parroquial de Gualel con su presidente a la cabeza y una mayoría de vocales, siga dando señales de ponerse en contra de su pueblo, y de un alineamiento cada vez más evidente con los intereses de las empresas mineras canadienses y australianas que operan en Gualel y el Cisne.
Una muestra de ello es la agresión que sufrió un miembro de los Defensores del agua y la Naturaleza de Gualel, el Señor Isauro Patrico Morocho Angamarca, que fue golpeado brutalmente en la oscuridad de la noche un fatídico 29 de marzo del 2020, por un vocal de la junta parroquial, y de lo cual esperamos que prontamente se haga justicia.
En esta misma dirección es necesario revalorizar la resolución del municipio y el cabildo lojano, emitida en agosto del año anterior, de declarar al cantón Loja libre de minería metálica, y ponernos en la tarea de dar otros pasos para hacer operativa esta resolución.
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